Hay por ahí cierto niño que se merece un chocazo por preguntar tonterías. Me explico:
El lunes fui al Ateneo de Sevilla con un grupo de gente de la fcom. ¿Qué pintábamos allí? Bueno, pintar nada, pero Pablo leía sus poemas y como que íbamos de apoyo moral. Total, que nos plantamos allí como media hora antes, y el niño, que no se había puesto nervioso en todo el día (o eso respondía cada vez que Ana se lo preguntaba, pregunta por hora) comenzó a demandar pañuelos de papel a todo el mundo, a repasar y apuntar cosas en los márgenes de sus folios.
Lo peor de la tarde: los chistes extraños (si es que se le podían llamar chistes) del representante del ateneo. Señor, por favor, eso qué tiene que ver, primero con la poesía y después con los pueblos de dónde venían los chavales. Sí, porque estábamos de incógnito (bueno, dábamos bastante el cante) entre dos grupos de instituto. Uno de Toledo y otro de Asturias.
Lo mejor: todo lo demás. Los niños no dieron guerra (siempre es temible un grupo de adolescentes en la edad del pavo inducidos por sus profesores a escuchar algo que no interesa a la mayoría) y eso siempre se agradece ^_^. Y ahora es cuando vuelvo al principio:
Pablo, te voy a chocar. ¿Cómo se te ocurre preguntar si salió bien dos o tres veces?.
Vamos a ver, te lo voy a explicar para que lo entiendas: se me pasó el tiempo volando, Irene, que estaba a mi lado estaba más concentrada que nunca (¡ni cuando Gilito explicaba historia!) yo me emocioné que poco más y me tengo que salir, no hice fotos porque la cámara iba a hacer ruido y romper el hechizo (con lo que me gusta a mí una foto), la gente quería aplaudir antes de tiempo y no se escuchaba ni a una mosca. En resumen, lo bordaste (por lo menos yo lo creo así). Vuelve a preguntarlo y de verdad que acabas con un chichón por tonto.
El lunes fui al Ateneo de Sevilla con un grupo de gente de la fcom. ¿Qué pintábamos allí? Bueno, pintar nada, pero Pablo leía sus poemas y como que íbamos de apoyo moral. Total, que nos plantamos allí como media hora antes, y el niño, que no se había puesto nervioso en todo el día (o eso respondía cada vez que Ana se lo preguntaba, pregunta por hora) comenzó a demandar pañuelos de papel a todo el mundo, a repasar y apuntar cosas en los márgenes de sus folios.
Lo peor de la tarde: los chistes extraños (si es que se le podían llamar chistes) del representante del ateneo. Señor, por favor, eso qué tiene que ver, primero con la poesía y después con los pueblos de dónde venían los chavales. Sí, porque estábamos de incógnito (bueno, dábamos bastante el cante) entre dos grupos de instituto. Uno de Toledo y otro de Asturias.
Lo mejor: todo lo demás. Los niños no dieron guerra (siempre es temible un grupo de adolescentes en la edad del pavo inducidos por sus profesores a escuchar algo que no interesa a la mayoría) y eso siempre se agradece ^_^. Y ahora es cuando vuelvo al principio:
Pablo, te voy a chocar. ¿Cómo se te ocurre preguntar si salió bien dos o tres veces?.
Vamos a ver, te lo voy a explicar para que lo entiendas: se me pasó el tiempo volando, Irene, que estaba a mi lado estaba más concentrada que nunca (¡ni cuando Gilito explicaba historia!) yo me emocioné que poco más y me tengo que salir, no hice fotos porque la cámara iba a hacer ruido y romper el hechizo (con lo que me gusta a mí una foto), la gente quería aplaudir antes de tiempo y no se escuchaba ni a una mosca. En resumen, lo bordaste (por lo menos yo lo creo así). Vuelve a preguntarlo y de verdad que acabas con un chichón por tonto.
2 comentarios:
¡¡¡ES VERDAD ES VERDAD!!! ¿Tan concentrada estaba? Bueno la verdad es que sí ñ_ñ
¡¡PABLO PEPINORRO, TE QUIERO COMER LOS MORROS!! ¿Así era?
Bueno que no... En serio, lo hiciste genial. Porque no llevaba sombrero, que si no me lo habría quitado. Me siento hasta orgullosa.
Joer, Esperanza que ilusión me hace que escribas esto... en serio. Ahora mismo enlazo este post a mi blogg!!! Muchísimas gracias!!!
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